Refuerzo Muscular es un procedimiento que detecta y entrena las debilidades musculares de la persona, de forma individual, aplicando cargas y diferentes técnicas para producir adaptaciones que refuercen dichas debilidades.
La mayor diferencia de Refuerzo Muscular y su procedimiento respecto a otros tipos de entrenamiento es que busca las debilidades musculares de cada persona en relación al objetivo de actividad física que quiere desarrollar haciendo algo muy lógico que es empezar a reforzar el cuerpo y sus movimientos desde donde es más débil.
¿Qué es una debilidad?
Consideramos debilidad a la musculatura inestable, es decir, la que no soporta las fuerzas a las que se le somete y sufre cambios indeseados. Provoca compensaciones, daños estructurales y dolor.
Por ello, antes de comenzar definimos:
- Qué musculatura es la más débil
- De qué tipo de debilidad hablamos
- Cómo integramos esa debilidad en secuencias motoras más complejas que se ven interrumpidas o alteradas
- Para qué objetivo y frente a qué cargas se refuerza esa estructura
- Cómo va a asimilar los cambios el sistema
Sabiendo esto, trazamos el plan de refuerzo de estas debilidades y las integramos en los movimientos y gestos necesarios para llevar a cabo el objetivo, aumentando la tolerancia al esfuerzo y la fatiga y evitando la descompensación.
Para reforzar la musculatura, nos servimos de entrenamientos que estimulan el sistema muscular desde dentro mediante el trabajo con cargas.
¿Qué son las cargas?
Son fuerzas externas que provocan un cambio o potencial cambio en una estructura, en nuestro caso, el cuerpo humano. Hablamos de mancuernas, máquinas, resistencia manual (MARES)...
Optimizar el tiempo dedicado al entrenamiento es muy complejo y no es divertido, pero realmente el factor lúdico no es el fin del procedimiento de Refuerzo Muscular, si no conseguir las adaptaciones que se producen en el sistema neuromuscular y estructural para afrontar la actividad física deseada.
¿Qué son las adaptaciones?
La adaptación es la acomodación de los seres vivos a su entorno a través de la cual se producen modificaciones de tipo neurológico, fisiológico, estructural, bioquímico... desarrollando los mecanismos necesarios para sobrevivir a la demanda de los estímulos a los que son sometidos.
Mediante la interacción que se produce entre la aplicación de cargas y la respuesta del sistema musculoarticular, se producen una serie de refuerzos que aceleran las acomodaciones frente al entorno que nos propone la actividad física objetivo, aumentando la fuerza muscular en pro de una mayor estabilidad articular frente a las cargas.
El sistema nervioso responde al estímulo percibido generando tensión muscular para mover esas cargas de una forma determinada. Las adaptaciones sólo se dan si la tensión es la adecuada, constante y se localiza en el lugar buscado sin desviarnos hacia otra musculatura no deseada. Por ello es imprescindible aprender a mantener la posición articular correcta, la tensión muscular adecuada y una intención de velocidad y movimiento consciente.
En siguientes artículos explicaremos en qué consisten las distintas técnicas que utilizamos y veremos a fondo cómo funciona nuestro cuerpo frente al entrenamiento.
Os esperamos.